Dicen las leyendas y los libros fantásticos que existen seres sedientos de sangre, o peor aun, de tú sangre.
Su aspecto y características difieren según el autor, pero todas las versiones coinciden en que son encantadoramente irresistibles, y una vez te han embrujado, dejaras que te extraigan hasta la última gota de sangre sin resistencia.
Desde los íncubos y los súcubos mas despiadados y desalmados, hasta los eternos torturados por su mala suerte y falta de alma (o en algunos casos posesión de ella); todos han sido objeto de fantasías, de terror, románticas e incluso eróticas que nos adentran en el mundo de lo oculto; de lo que no existe o quizás si.
Todo empezó en un rinconcito de Rumania donde un sanguinario príncipe (un tal Tepes) imponía su ley de hierro tanto a su comunidad como a los invasores turcos; se le conocía como “el empalador” por que ponía bien a la vista los cadáveres de sus enemigos; por si alguien tenia duda de que ocurriría si invadían sus tierras. Algunas versiones cuentan que hizo comer a unos gitanos la carne asada de sus compatriotas… Y aun así, en lo que fue su pequeño principado se cuenta de padres a hijos que durante el gobierno de Vlad Draculea, si perdías una bolsa de oro podías desandar tus pasos y encontrarías la bolsa donde se cayó.
De alguna forma esto degenero (aun mas) en la leyenda del Conde que traicionado por la iglesia acabo convirtiéndose en un demonio bebedor de sangre; y después, llegan las cruces, los ajos y el señor Burns enfundado en una túnica roja y con un peinado que nada tiene que envidiar a los de Amy Winehouse.
También apareció Lestat y su ataúd compartido; Buffy, la cazadora de nuestra generación, y con ella el rubísimo y malévolo Spike y el benevolente (antes despiadado) Ángel que acabo montando una agencia de detectives.
Y entonces hubo paz
Pero durante ese tipo alguien en Arizona elucubraba sobre un caza brujas ingles, transformado en vampiro que dedica su existencia a trabajar en un hospital y cuyo “hijo” se enamora perdida, obsesiva y posesivamente de una humana torpe y melodramática…
Y todo vuelve a empezar
Por supuesto este nuevo gen vampiro rompe esquemas; empezando por que no arden bajo el sol si no que brillan (de otra forma las ideas de esta mujer habrían ardido bajo su pelo en cuanto salió a buscar a sus niños bajo el sol del sur Americano). Pero como ya habíamos dicho la forma y la apariencia es lo de menos; por que por lo visto; la sed de sangre prevalece no solo en los vampiros, si no en todos aquellos que estamos dispuestos a dejarnos chupar.